Les dejo el enlace para descargar los dos tomos de esta obra que además de estar en el escritorio de mi PC en pdf, desde el viernes pasado reposa en los estantes de mi biblioteca (conseguí una edición de 1944 y por lo que estuve viendo hasta lo pagué barato).
http://archive.org/details/laantigedaddel01ameghttp://archive.org/details/laantigedaddel02amegAmeghino es uno de los héroes de mi infancia, como casi todos los paleontólogos de los que tuve noticias en ese período de mi vida. Su obra es monumental: se ha compilado en 24 tomos, cada uno de ellos de entre 600 y 800 páginas, que incluyen libros, artículos científicos y artículos de divulgación sobre paleontología, arqueología, antropología, zoología y geología de Buenos Aires, Patagonia y otras regiones de la Argentina, regiones que recorría su hermano Carlos, quien enviaba el material colectado para su clasificación.
Lamentablemente, toda su obra se sumió en el desprestigio a raíz de su postulación y defensa de la teoría de que la humanidad tenía su cuna en Sudamérica, teoría que nunca dejó de defender, hasta que murió de diabetes a los 53 años, en 1911. En eso estaba equivocado, pero por todo lo demás fue un visionario: supo prever algunos problemas ambientales que hoy aquejan a la región bonaerense, y probó la convivencia del hombre primitivo sudamericano con los grandes mamíferos pleistocénicos (aunque esa evidencia fue desacreditada junto con todo lo demás).
El problema de su desacierto tuvo diversos orígenes:
Por un lado, el descubrimiento del
Diprothomo platensis, un homínido supuestamente ancestral: fue hallado mientras se construía el puerto de Buenos Aires por unos obreros, que por los estratos en que referían haberlo encontrado todo parecía indicar que su antigüedad ascendía a algunos millones de años -Plioceno-. La reconstrucción (tuve oportunidad de ver una reproducción en una muestra del Museo Argentino de Ciencias Naturales hace algunos años) mostraba la parte superior de un cráneo con unos arcos supraciliares bastante pronunciados (como los de los neandertales). Siempre se puso en duda que efectivamente proviniera de ese estrato, así como la técnica empleada en la reconstrucción. Gato Negro, que desconfía de la arqueología oficial, una vez nos mostró una página con descubrimientos desconcertantes entre los que figuraba este ¿ancestro?. Junto al
Diprothomo se hallaron muchísimas especies de mamíferos extintos.
Más tarde se halló al
Tetraprothomo argentinus, todavía más antiguo, en el sur de la provincia de Buenos Aires. Ameghino ya no lo dudó: en este suelo había rastros de hombres modernos y de las formas ancestrales intermedias. De este eslabón se hallaron un fémur y un atlas, pero había un problema: más tarde se descubrió que al parecer pertenecían a un carnívoro y no a un primate. Nadie jamás entenderá cómo Ameghino, tan acostumbrado a la anatomía comparada, habiendo descripto más de mil especies, pudo cometer tamaño error.
Por último, en el subsuelo bonaerense faltan estratos pertenecientes a dos eras, lo cual pudo haber llevado a sobreestimar la edad de algunos hallazgos.
En fin, pese a lo anterior, esta obra no deja de ser maravillosa por la cantidad de información que revela, lo bellamente escrita y lo coherente de la teoría según es presentada.
A disfrutarlo.
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