Esta chapa que me ha salido, no la va a leer ni dios.
Confieso que no he visto el video (dura casi una hora) pero sí he leído algo acerca de la "Economía del bien común".
A ver, mis opiniones las podeis agarrar con papel de fumar, porque yo soy un viejo militante marxista coriáceo, y seguramente algunas de mis valoraciones os suenen a chino o a marciano.
La propuesta de Felber no es nada nuevo. Es lo que históricamente se ha dado en llamar Socialismo Utópico. Hay un taco de movimientos y tendencias sociales y religiosas (lo de Felber sale de la Iglesia Evangélica, no lo olvidemos) que propugnan sistemas similares.
Lo malo es que, aun siendo loable y apetecible el modelo, ignora la realidad social, la Historia y las relaciones de poder y de
propiedad de los medios de producción que rigen en las sociedades capitalistas.
O de
"Libre" Mercado, si preferís el eufemismo que está de moda desde hace 30 años.
Lo que aportan Marx y Engels a las Ciencias Sociales y al pensamiento económico a partir del Manifiesto, es sobre todo una método científico del estudio de las relaciones socio-económicas en las sociedades industrializadas occidentales.
(Posteriormente, Engels se interesó y escribió mucho sobre las sociedades primitivas, a partir de los estudios de Morgan y Fraser, acertando en algunas cosas y metiendo la pata en otras, pero esto es otra historia).
Tambien es cierto que las tesis de Marx y Engels han sido necesariamente revisadas a lo largo de los años, porque se han ido produciendo fenómenos que ellos no podían prever a mediados del siglo XIX, pero eso no invalida para nada su metodología de análisis social.
Sin embargo, problemas como el imperialismo (o capitalismo transnacional, ya analizado por Lenin -que no es santo de mi devoción, pero, bueno...-), la opresión de las mujeres, el racismo o las cuestiones medioambientales son perfectamente analizables y comprensibles dentro d ela lógica capitalista explicada por el marxismo.
De hecho, es que si no se analizan con una perspectiva marxista, se obtiene sólo una visión parcial.
Al decir marxista, debería quizás decir
materialista.
Y tengo que explicar este término, porque es la clave del pensamiento marxista.
El
materialismo no es la obsesión por poseer bienes materiales, como dice la Iglesia Católica y repite mucha gente sin saber lo que dice.
El materialismo es el enfoque analítico, en ciencias sociales (y cabe también en las naturales), que parte de la base de que las relaciones humanas están basadas en sus necesidades materiales: alimento, cobijo, calor, vestido, reservas de comida, agua o armas, etc.
Es decir, que es en principio, lo material, aquello que garantiza la subsistencia.
Y por eso es tan importante.
Ahora vienen los idealistas (que no son quienes tiene unos ideales elevados y altruístas, como de nuevo dice sin saber -o sabiendo muy bien- la Iglesia Católica, sino quienes basan sus postulados en meras ideas, sin más respaldo científico) y dicen que no, que lo "espiritual" es tan importante como lo material, y que los sentimientos, los afectos y las creencias son tan importantes para la supervivencia como lo material.
Ya.
Dale a elegir a un náufrago en alta mar entre un paquete de sentimientos y creencias, y otro lleno de agua potable, galletas, chocolate y fruta, y ya veremos lo que elige.
Pues en la vida cotidiana, pasa igual.
¿Qué prefieres, cancelar la hipoteca de la casa, o un taco de buenas intenciones y sentimientos positivos?
Pues eso.
Otro aporte de Marx y Engels a los estudios sociales son las relaciones que se establecen entre los propietarios de los medios de producción (fábricas, campos de cultivo, empresas, etc. y también últimamente, en la economía no-productiva los capitales invertibles), a los que llama burgueses, y las personas que crean la riqueza con la fuerza de su trabajo, a quienes llaman proletarios.
Engels desarrolló mucho en su análisis de la sociedad de clases, cómo llegaron, en el Neolítico, algunas grupos sociales a hacerse con el poder político y económico, pero esto alargaría mucho la chapa que os estoy metiendo.
Lo que sí conviene saber es que la riqueza, y la propiedad de los bienes de producción no les ha llovido del cielo a los burgueses, ni se la ha concedido ningún dios, ni les llega por Derecho Natural.
Esa riqueza y esa producción la tienen porque en algún momento se la han arrebatado a la colectividad, o a alguien más débil, o se la han apropiado al descuido (un poco como han hecho algunos "emprendedores" con la riqueza de sus empresas, y en vez de pagar a sus empleados y a sus acreedores, se largan a Suiza o las Bahamas con la pasta), o lo que sea.
Pero, vamos, que sólo trabajando y con esfuerzo, nadie se hace rico.
Eso es un mito capitalista.
El caso es que los burgueses no sueltan voluntariamente la propiedad de los bienes de producción, ni sueltan la plusvalía (el valor añadido de las cosas o de los trabajos. Un ejemplo es una casa, que vale más que la suma de los materiales y las horas de trabajo empleadas. Esa plusvalía, que en parte o en todo corresponde a los trabajadores, porque son ellos los que trabajan, el burgués se la niega, y se la embolsa bajo el cínico concepto de "beneficio empresarial"), bueno, pues el caso es que nadie suelta lo que tiene voluntariamente, y -por fin, aquí quería llegar: la propuesta de Felber es inviable porque las sociedades capitalsitas no se rigen por nobles ideales como la solidaridad, la compasión, la generosidad y la honradez; sino por la acumulación, la avaricia, la rivalidad y la envidia.
Y, como de nuevo dijeron ya Marx y Engels, o se les arrbata con una Revolución esa relación d ePoder y esa propiedad, o voluntariamente no lo van a hacer.
¿Alguien se imagina a Amancio Ortega cediendo los beneficios de su empresa a las niñas marroquíes que cosen para él?
¿Telefónica bajando sus tarifas un 600%?
¿Un gobierno burgués (como los del PPsoE) decidiendo que la deuda de los bancos es cosa de los bancos, y que no se merecen ninguna inyección de dinero de los ciudadanos?
¿Cómo sugiere la "Economía del Bien Común arreglar el hambre en el undo?
¿Invitando a los especuladores que invierten en los "mercados de futuro" sobre el mijo africano, el arroz asiático, el maíz latinoamericano y los cereales y las frutas europeas que renuncien a sus beneficios y que fleten de su bolsillo barcos de reparto de alimentos?
¿O diciéndoles que es necesario dejar de expoliar el agua del sur y que ese agua debe ser usada para fomentar una agricultura responsable y sostenible?
¿Y si no quieren hacerlo? ¿Qué hacemos, un círculo de energía?
¿Les mandamos pensamientos positivos a ver si se convencen?
¿Oramos?
Es que, de verdad, hay propuestas, como muchas del 15M, que son de una ingenuidad pasmosa.
Es como plantarse ante los antidisturbios con las manos blancas y diciendo "éstas son nuestras armas".
A los antidisturbios eso ni les conmueve, ni les para.
Los cambios sociales no vienen con gestos ni con buenas intenciones, sino con movilizaciones masivas.
Y es cierto que una sociedad no cambia si no cambian interiormente sus individuos; pero también es cierto que los cambios individuales, interiores y espirituales, no conducen a ningún cambio social si esos individuos no son capaces de organizarse y movilizarse colectivamente con un fin claramente definido y común.
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Ah, y una última cosa: lo de la propiedad privada, cuya supresión tanto temen los burgueses, no tiene nada que ver con que te quiten tu coche, tu casa o tu chaqueta.
Se trata de abolir la propiedad privada de los
medios de producción, no de los medios de consumo individuales o privados.
Eso ni se toca, salvo que alguien quiera compartir su coche o su jardín con el vecino.
Que tampoco es mala idea, por cierto.