El palo de Ishi era de hierro dulce, según Theodora Kroeber, que escribió su biografía.
Pero vete tú a saber.
Scott Silsby, en su artícuo sobre puntas de piedra de la TBB (Traditional Bowyer's Bible, para los neófitos), Vol. III comenta que hay unos cuantos ejemplos de retocadores con punta de cobre en museos, datados de antes del contacto con el hombre blanco. Dice también que en lugares donde el cobre aparece naturalmente, estos retocadores se han venido usando desde antes del Contacto. (O "Descubrimiento", para los imperialistas europeos)
El "metal" que comentais es bronce, y es más duro que el cobre, pero ya digo que si no hay cobre, que useis lo que tengais a mano. Tanto retocadores como material tallable. Si no teneis silex, ópalo u obsidiana, es legítimo empezar con vidrio o porcelana.
Esto debe ser todo menos elitista.
Adjunto unas fotos del retocador vertical estático. (Son del artículo sobre puntas de flecha de Scott Silsby, antes mencionado).
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¿Y por qué *++##&++
me salen las imágenes tan pequeñas?
Espero que se entienda cómo se hace el aparato...
El extremo del tubo se corta en cuatro, se pasa por el agujero hecho en la base de madera y se clavan las cuatro solapas resultantes.
Se aplasta a martillazos el otro extremo del tubo y se pone de pie el trasto.
Para retocar, se apoya el borde de la pieza contra el tubo, y se aprieta a la vez que se voltea ligeramente hacia arriba o hacia abajo.
Las lasquitas saltan a los ojos con mucha probabilidad, asi que es uso de gafas protectoras es obligado.
Si se retoca en la parte estrecha del tubo, se consigue una extracción fina, y si se retoca en la parte gruesa, una extracción ancha.
tiene la ventaja de que se usan ambas manos para apretar y hacer los retoques, y eso para quienes no tienen aún adquirido el hábito de la talla es una gran ventaja.
Y para quienes sí lo tienen, también, porque trabajas más rápido y se te cansan menos los dedos.
De vez en cuando hay que pasar papel de lija por el tubo, porque el sílex lo va puliendo y no agarra.
Ya, ya sé que no es histórico ni tradicional, pero ¡qué demonios!
hay gente que no pretende ningún desafío, ni seguir una experimentación científica. Todo lo que buscan es obtener una punta de piedra.
Y también tienen derecho a la vida.