Son muy anteriores al propio concepto de laberinto.
Quizá sean símbolos solares, pero no se sabe a ciencia cierta.
Hay grabados de círculos concéntricos y espirales en casi todo el Arco Atlántico en la Edad del Bronce, desde Portugal hasta Irlanda, pasando por toda la Cornisa Cantábrica, el Golfo de Aquitania, y las dos Bretañas: la grande y la pequeña (Armórica, o Bretaña francesa).