Tal cual aprendí yo a hacer los cuévanos. Hasta lo de sacar los costones con la rodilla y aplanarlo con la navaja sobre el muslo. Y retorcer las varas para los tirantes pisando un extremo y torciendo el otro.
O aprendimos del mismo maestro, o hay poca variación en todo el oriente cántabro.
No es una técnica muy eficiente, ni se aprovecha mucho material, porque sacados cuatro "costones", el núcleo de la vara de avellano se desperdicia.
Supongo que en las cabañas se usaría como leña.
El avellano se trabaja en verde: cortar las varas y a continuación empezar el cuévano.
Me sorprende que el paisano se llame Iñaki, siendo de Bustablao (¿emigraría a Bilbao en los años 60?).
Muy buen reportaje, gracias.