Ayer tuve aproveché la oportunidad que la Noche Blanca realizada ofrecía a los visitantes que nos acercamos a Burgos. El CENIEH abría sus puertas, un año más, para saciar la curiosidad de los sapiens interesados por estos temas. Porque, aunque uno sabe de estas "cosas", siempre hay dudas y ¿Quién mejor que un experto que trabaja en dichas instalaciones para resolverlas?
La organización fue ejemplar, se cumplió con los horarios de forma efectiva y la espera fue amena en buena compañía. No escatimaron en tiempo, 50 minutos que dieron de sí, y que sirvieron para conocer un poco mejor lo que, entre bambalinas, se esconde tras una publicación científica: Almacenaje y conservación de las piezas, consolidación física de las mismas, etiquetado e identificación, datación e investigación a nivel microoscópico de los elementos. Un tour alucinante por las instalaciones, que con la visita a la osteoteca puso la guinda a un pastel delicioso, un postre friki digno de un neandertal como yo.
Saludos cordiales.
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