La división sexual del trabajo en la Prehistoria no se ha documentado, porque no hay documentos escritos de época (como es evidente).
Pero la Etnografía Comparada como disciplina auxiliar de la Arqueología lleva usándose desde hace medio siglo para extrapolar fenómenos de evolución cultural y material.
Ya se usó en el siglo XIX (Morgan, Engels...) y se sigue usando.
Y la Etnografía comparada indica que sí, que hay división sexual del trabajo en sociedades cazadoras-recolectoras.
Lo que no hay es jerarquía sexual del trabajo.
Es decir, que no se considera más importante la caza eventual de grandes piezas que la recolección diaria de pequeñas presas o de frutos y raíces.
Ahí es donde los prejuicios (¿machistas?) de las autoras del estudio empiezan a patinar.
Y tienen otro gran patinazo metodológico: si la Etnografía Comparada es válida para atribuir (hipotéticamente) la autoría femenina de las pinturas cuaternarias, o de las primeras cerámicas, o incluso, yendo más atrás, el desarrollo del lenguaje articulado ¿por qué no es válida para atribuir otras característiicas de comunidades "primitivas"?
El método es el mismo, los registros son los mismos, pero las conclusiones no.
Y como las conclusiones no son las que las autoras esperaban, atacan el método en vez de sus prejuicios.
Una actitud anticientífica.
Y luego, estaría la perspectiva materialista (que ya sé que a estas postmodernas les da repelús): de cara a garantizar la supervivencia del grupo ¿es más rentable enviar a cazar durante días a mujeres gestantes o con bebés, exponiéndose a marchas, hambre, sed y los riesgos inherentes a la caza mayor, o enviar a jóvenes varones a esa tarea?
Un macho es más fácilmente reemplazable que una hembra, en un grupo humano de cazadores-recolectores. Y las crías son protegidas y alimentadas por todo el grupo... La supervivencia de éste depende de la de sus crías.
En fin, que ni idea de Metodología, de Epistemología, de Prehistoria ni de Economía.
Quizá sepan algo de Arqueología (?) y mucho de videos, eso sí.
...........
De todas formas, el nº 8 de esa publicación (se puede leer
AQUÍ), que está dedicada a
Arqueología, género, sexo y sexualidad, está trufado de incoherencias epistemológicas, y algunos trabajos (que no sé cómo no los han revisado antes de publicarse) son directamente basura intelectual.
Así de fuerte.
Hay un trabajo sobre "gladiadoras" (en femenino) que produce sonrojo e indignación.
Toda su narrativa sobre la existencia de gladiadoras (en femenino) se basa en que
gladiator, en latín, no tiene género asignado (como presidente, declarante, amante o cantante en castellano) y que por lo tanto, cada vez que se menciona en textos latinos "gladiator", no hay que presuponer automáticamente que se trataba de luchadores varones.
¡Toma ya! Maldita lengua latina, que con su género neutro invisibilizaba a las mujeres (y a los hombres, por la misma razón; pero eso no lo dicen).
No aportan ni una sola mención específica a gladiadoras, ni una sola descripción literaria ni gráfica...
¡Ah, sí! presentan una: se trata de dos figuras luchando espada y escudo en mano, y como las figuras llevan una túnica hasta medio muslo, deducen que son mujeres porque llevan una especie de vestido o minifalda.
Sin coña.
Así de fuerte...
Podeis verlo en el enlace de más arriba.
..........
No sé si es desconocimiento (que sería grave, en una publicación que se pretende científica), mala fé, infantilismo, o que con tal de cubrir la cuota de publicaciones y trabajos "de género" ya todo vale.
...................
Hace poco me ha llegado una invitación para participar en un
crowdfunding para financiar una publicación llamada "Guerreras" o algo así.
Se trata de una serie de relatos (de ficción, o sea: cuentos) sobre mujeres guerreras en la Prehistoria y la Antigüedad "pero con base histórica" (sic).
Aparte de
Boudica, no recuerdo ahora mismo mención alguna a otra guerrera de la Antigüedad. Pero parece que ahora vale como fuente documental una serie de televisión, un juego de rol o directamente, un videojuego.
No pienso financiar una cosa así.
..................
No, de verdad... una cosa es la imprescindible labor de superación de los prejuicios, actitudes y normas sexistas, y otra es denigrar esa justa labor publicando bobadas de este calibre.