El año pasado, con las fechas más avanzadas y con una prensa que me prestó un amigo se me ocurrió que podría extraer aceite de oliva, y me puse a ello, con idea de ver cuales son los procesos más limitante y dificultosos.
El primer paso es la molienda. Partí de una cantidad pequeña, unos 10 kg, y la hice a mano, con el molino Corona que suelo usar para moler la malta para la cerveza.
Fue trabajoso, y con mucho el proceso más pesado.
Tras la molienda viene el batido, donde se calienta ligeramente la masa obtenida y se bate mecánicamente con idea de separar el aceite de la base más acuosa. De esta fase no tengo fotos, pero utilicé una olla grande y un taladro con una herramienta que se utiliza para batir la pintura.
Después viene el llenado de los capachos y el prensado. Es la parte más divertida. Hay que ir poniendo los capachos uno a uno y llenándolos con la masa, pero no demasiado ya que en ese caso se saldrá por los bordes. Una vez llenos vamos metiendo presión, poco a poco y poco a poco también la mezcla de alpechín y aceite va saliendo por debajo, que almacenaremos convenientemente para dejar después reposar para que el aceite se separe por gravedad.
Una vez el alpechín está bien decantado habrá que separarlo. Para eso agujereé la tapa de una garrafa de plástico y coloqué dos tubos, uno que llega hasta el fondo de la garrafa y que por el otro extremo coloqué un embudo y otro que se queda casi a ras del tapón y por el que saldrá el aceite en primer lugar
Si echamos agua por el embudo, esta irá a parar al fondo de la garrafa, empujando el contenido hacia arriba y obligando al aceite a salir por la goma cuyo extremo quedó a ras del tapón y el contenido se puede ir recogiendo en un recipiente aparte.
De esos 10 kg, pude obtener aproximadamente 1 litro de aceite.
Esta temporada supe que en un pueblo cercano existe una almazara del Sindicato Andaluz de Trabajadores (almazara
Huertoliva), que ofrece servicio de molienda a pequeños productores y allí nos presentamos.
Lo tienen muy bien organizado y en ningún momento pierdes el control de sobre dónde están tus aceitunas.
... saborear cada mañana la tostada cubierta con tu propio aceite no tiene precio.