El experimento demuestra que es posible hacerlas funcionar, que no son comparables al sílex, es evidente. Pero como dice el refrán, a falta de pan... (buena es la pizarra).
El método experimental tiene sus fallos; aunque la conclusión parece evidente, caza menor sí, animales grandes, es difícil.
En determinado momento me planteé hacer puntas de cerámica cocida, el resultado fue decepcionante. No tenían la dureza apropiada, barro normal y probablemente mal cocido. No llegué ni a enmangarlas. Por otro lado, creo que no hay registro arqueológico de tal cosa. Con gres seguro que funciona, pero las altas temperaturas para su cocción lo descarta.
En definitiva, es posible utilizar alternativas al sílex, pero creo que esos intentos fueron motivados por la escasez de ese recurso.
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...entonces, el simio se puso en pié y cogió una roca...