Un invento que me hice para comer estas vacaciones. En Irlanda las lapas eran tan enormes y abundantes y el mar tan limpio que no pude resistirme a probarlas, algo a lo que llevaba tiempo dándole vueltas.
Ingredientes: lapas, fideos, aceite, ajo, tomate. Laurel y guindilla opcionales.
Se hacen las lapas al vapor o en una sartén con muy poca agua, un dedo o menos. Ellas solas se despegan de las conchas. Recomiendo coger muchas porque se quedan en nada, como pude comprobar creyendo que había cogido suficientes. El caldo que sueltan se reserva.
Olvidé sacar fotos de este proceso, pero ahí están separadas de su caldito. Se ven todavía las hojas con las que hice un paquetito para poder portarlas, muy bushcraft, oiga.
El whisky con hielo es para el cocinero.
Picamos ajo y una guindilla, si gusta picantito, cosa que para mi gusto le queda muy bien a los bichos con concha. Aquí usé un chile porque es lo que hay.
En una sartén o lo que se prefiera, con un buen chorro de acite, se pasan las lapas, laurel, ajo y chile.
Se le añade el tomate y se deja freír también.
Añadimos los fideos, que tuve que hacer rompiendo espaguetis, y los pasamos un poco con el tomate y lo demás.
Añadimos el caldo de las lapas, y agua o, si tenemos, más caldo de pescado. En pastilla sirve, mientras no nos pasemos y predomine.
Tapamos un ratito y dejamos hacer... Se va probando, más que ponerle un tiempo exacto.
A comer.
Estaba sorprendentemente bueno. El sabor, muy rico, pero las lapas son duras, quizás convendría pasarlas mucho para que ablanden bien. Supongo que es la razón de que no sean populares.
Pero es un comestible muy digno. La abuela de la casa, que las tuvo que comer por necesidad cuando era niña, las probó por recordarlo, pero creo que piensa que estoy como una regadera.
Ahí queda la receta. Si es que se puede comer improvisando como un señor y sin guarradas como el Bear.
Y pedazo de paisaje que tenía... Croagh Patrick en el condado de Maio.
¡Un saludo!