La batalla del libre pensamiento

Uno se entera de un ataque a una universidad en Kenia (machacar cabezas pensantes parece una misión sagrada para algunos imbéciles) y se da cuenta de que sólo es titular un día, mientras que un accidente aéreo en el que mueren igual número de personas EUROPEAS merece semanas y semanas de información inútilmente detallada.

Uno sabe que hay guerras en Siria de las que ya no se habla, y que el peligrosos rebuzno de algunos analfabetos hace que se ametralle a los redactores de un semanario francés provocador e irreverente.

Uno piensa de entrada que es inexplicable este retorno de brujos, charlatanes y hechiceros que propugnan comportamientos bárbaros y atrasados, pero sabe que sí es explicable, y que hay textos como el siguiente, que lo ponen bastante clarito.

No se libra nadie de la supersitición, hoy día.

Y la tecnología no es vacuna.




La batalla del libre pensamiento  (Mauricio-José Schwarz)

Un ejercicio mínimo, minoritario y geográficamente muy localizado, de la libertad de pensar, de cuestionar, de abordar la realidad con una visión rigurosa y verificable es responsable de todo el avance del conocimiento, la sociedad, la moral y el arte en los últimos 400 años, más o menos.


La desaparición de la viruela, las telecomunicaciones, la electricidad, las imágenes del Hubble, el aumento en la calidad y cantidad de nuestras vidas, la comprensión de los materiales, el conocimiento de la herencia genética, la química, la cosmología, el conocimiento del mundo de lo más pequeño, la descripción del funcionamiento de la célula, de los animales y plantas, la capacidad de volar, la medicina, la democracia, las libertades, los derechos humanos inalienables... todo lo que es resultado de la Revolución Científica y de la Ilustración es producto de la libertad de pensar y de cuestionarlo todo.

Todo.

Cuestionar a los dioses, a las supersticiones, al dogma, a los monarcas, a los sacerdotes, a las creencias, a las costumbres, a las tradiciones, a las convicciones más profundas, a la forma de adquirir conocimiento... pensar libremente respecto de esto y más ha cambiado la vida de los seres humanos de modo profundo y, se puede argumentar de modo contundente, en general para mejor.

En sólo 400 años el conocimiento de la realidad del que disponemos ha avanzado más que en toda la historia anterior de nuestra especie.

Y al mismo tiempo ha avanzado nuestra moral. Acciones que en el pasado nos parecían perfectamente naturales, como el juicio por ordalía, hoy nos parecen injustas, bárbaras e insostenibles, y en muchas sociedades creamos leyes que pretenden ser más justas que las del pasado. Vemos con rechazo prácticas que no hace mucho (y hoy todavía en muchos lugares) eran consideradas normales, como la persecución de quienes tienen una sexualidad diversa o el sometimiento de la mujer. Al menos en gran medida.



Pero esto no ha significado que todos los integrantes de nuestras sociedades, ni siquiera la mayoría, hayan practicado el libre pensamiento, el cuestionamiento, el pensamiento crítico. Han abrazado y adoptado los avances sociales, políticos, tecnológicos y científicos porque son claramente beneficiosos, pero ello no ha significado que se adopte la forma de pensar que llevó a ellos, que se abandonen dogmas, prejuicios, supersticiones y creencias irracionales viejas y nuevas. Esta "doble vida" trae consigo contradicciones profundas que nuestras sociedades y sus individuos deben resolver. El derecho a creer en religiones no implica, en algunas sociedades, el derecho a hacerle daño a otros en nombre de una religión. La creencia profesada en libros sagrados debe convivir con conocimientos que ponen en duda las palabras de esos mismos libros. El rechazo a prácticas como la vacunación debe eludir la abrumadora cantidad de evidencias que demuestra su eficacia y su inocuidad. El respeto a tradiciones como las referidas a la libertad de elección de la pareja o del matrimonio mismo, choca con frecuencia con una sociedad para la cual no están diseñadas.

El hecho mismo de que el libre pensamiento pudiera dar frutos es resultado de una historia de enfrentamientos y colisiones donde la peor parte la llevaron quienes trataban de pensar libremente, gente como Giordano Bruno o Galileo, Darwin, Oldenburg, los reformadores sociales, las mujeres que deseaban estudiar e investigar... una batalla donde la violencia generalmente la ejercieron contra sus adversarios únicamente las creencias irracionales.

Y esa batalla no ha terminado.



En la mayor parte del mundo, entre la mayoría de los más o menos 7 mil millones de seres humanos que habitan el planeta hoy, la libertad de creencias y de pensamiento no existe. La persecución religiosa existe igual en China contra los Falun Gong que en el Estado Islámico contra todos los no sunnis. Las supersticiones antiguas campan a sus anchas en África y América Latina, se redactan nuevas constituciones que le dan derechos a dioses antiguos como la Pachamama, las nuevas supersticiones se difunden aceleradamente por todo el mundo con ayuda de las redes sociales e Internet. Se crean nuevos tabús que no se diferencian en nada de los que uno puede encontrar en cualquier texto o tradición religiosa: incuestionables, intocables. Si romperlos no comporta en algunas sociedades castigos corporales es casi una excepción.


Una buena parte de las supersticiones actuales se orientan contra la ciencia, contra el conocimiento, contra precisamente la actividad humana, y sus resultados, que han mejorado la vida de quienes la rechazan. El ejemplo más acabado de la contradicción son quienes, en Internet, afirman que la ciencia sólo es una opinión que puede cambiar en cualquier momento y no es distinta de cualquier otra creencia... sin darse cuenta de que usan las ecuaciones de Maxwell y las de la física cuántica en sus máquinas, en la codificación de sus mensajes que se transmiten por fibra óptica y pueden retransmitirse por varios satélites hasta llegar a los servidores con los cuales se conectan otras personas por medios similares para recibir el mensaje: "la ciencia es sólo una opinión"... cuando la existencia misma del mensaje demuestra que no es así.



Para algunas personas, la Ilustración es un asunto de los libros de historia. Sus efectos sociales al derribar los sistemas monárquicos parecen asunto superado y hoy hay una intensa actividad en la postilustración, dedicada a derribar los sistemas surgidos después de la Revolución Francesa para alcanzar una sociedad mejor. Lo cual es sin duda una aspiración totalmente legítima. Pero esto no anula el hecho de que parte de esta posición implica el rechazo a todo el conocimiento y métodos de la razón... y sobre todo que a un lado de la desigualdad económica y social que debemos enfrentar y que exige soluciones sigue habiendo una desigualdad, un desfase profundo por el cual miles de millones de seres humanos aún no han siquiera alcanzado los ideales más básicos de la Ilustración, las libertades más elementales, los derechos más fundamentales... y en muchos casos ni siquiera están informados de estas ideas para poder juzgarlas independiente y libremente.

Para otras personas, la Ilustración es sólo asunto de la Europa y los Estados Unidos donde se desarrolló. Como si la brújula fuera asunto sólo de los chinos, el blues debiera ser exclusivo de los descendientes de esclavos en EE.UU., la pintura de Miguel Ángel no pudiera ser legítimamente disfrutada por no italianos, los números "arábigos" fueran patrimonio exclusivo de sus creadores de la India (no de los árabes que los tomaron como un avance para todos) o la poesía de Vallejo se debiera circunscribir a los peruanos. La cultura humana es universal, los avances de la sociedad y el pensamiento en un grupo no son patrimonio de ese grupo, y para creerlo uno debería tener las más terribles ideas nacionalistas excluyentes, racistas y misantrópicas. Los valores esenciales de la Ilustración tienen el mismo valor universal que toda otra obra del pensamiento y el rigor humanos. Y son el pensar libremente y el decir libremente lo que se piensa.

Cuando la libertad de pensar no está acompañada de la libertad de decir lo que se piensa, cuando las ideas quedan aisladas dentro de las estructuras nerviosas de quien las desarrolla, encarceladas en su cráneo, a efectos de la sociedad no existen. Son como un libro cuyo manuscrito se destruye sin haber tenido jamás un lector, igual que si nunca hubiera sido escrito. Las ideas que cambian la realidad son inevitablemente sociales. El flujo libre de las ideas, aún de las más peligrosas, la expresión libre de las opiniones y pensamientos, incluso los más repugnantes, es parte indispensable del proceso de resolver problemas, de diseñar opciones. La libertad individual es la condición esencial para conseguir la libertad social, política y económica.

Por ello, la Ilustración y la batalla por sus principios centrales sigue siendo, a todas luces, una batalla que estamos librando hoy, día tras día. A veces no nos damos cuenta, pero la educación, los medios de comunicación, las conversaciones mismas que tenemos virtualmente o en la realidad física, implican el enfrentamiento entre creencias y conocimientos, donde muchas veces las creencias se presentan a sí mismas como formas del conocimiento, con argumentos falaces y con sobresimplificaciones peligrosas. Son esfuerzos en favor de la Ilustración y contra el oscurantismo y todo lo que implica: sometimiento, miedo, ignorancia, opresión y resignación.

Pero también por su promesa. Si unas pocas personas ejerciendo el pensamiento libre lograron reorientar tan radicalmente toda la historia humana, queda por imaginar las enormes posibilidades que se abrirían ante nosotros si más gente, muchos más, la mayoría o la gran mayoría de los seres humanos tuvieran esa libertad de pensamiento y ese rigor que proporciona el pensamiento crítico y racional... Cualquier especulación al respecto, por conservadora que sea, es abrumadora.

Es responsabilidad de cada persona que adquiere un conocimiento el compartirlo con otros. Es responsabilidad de quien tiene soluciones ponerlas al alcance de toda su sociedad. Y por ello es responsabilidad de todos quienes están conscientes de que su vida, su bienestar y su libertad proceden de las ideas renovadoras de la Ilustración, del libre cuestionamiento y la aplicación de métodos rigurosos en el análisis y la investigación sobre los hechos, seguir luchando la batalla de la libertad de pensar. La alternativa, por supuesto, es el regreso a una barbarie que no necesitamos siquiera imaginarnos, porque nos golpea con frecuencia en las portadas de los diarios, en las publicaciones en línea, en las cabeceras de los informativos, incluso de los más tendenciosos e irracionales.

Nada de lo que se ha logrado en estos 400 años es inamovible, ni está garantizado para mañana. Su destrucción es posible, realmente posible con los medios que la irracionalidad tiene hoy a su alcance. Y estar conscientes de la fragilidad de estos logros es el primer paso para su defensa. No sólo por el conocimiento en sí por su valor intrínseco, sino por lo que hacemos, y lo que todavía podemos hacer, con ese conocimiento.

Porque lo que podemos hacer con la ignorancia y la esclavitud ya lo conocemos... y no es bueno.

+1.
Gracias Alfonso.

Sinceramente, yo no me apunto a las ideas de John Stuart Mill sobre la libertad individual.
Él las basaba en que el Estado no debería interferir en lo que hacen los individuos, lo que parece muy liberal (lo es) y muy ácrata (no tanto), pero deja de lado dos cosas:
-Que no todos los individuos parten del mismo nivel social, cultural y económico, con lo que si el Estado no interviene para corregir las desigualdades de partida, quienes estén por encima al principio, lo seguirán estando siempre, y eso lleva a la segunda cosa:
-Stuart Mill consideraba que el principio de no-injerencia del Estado en la libertad de los individuos no era aplicable a aquéllos que vivían por debajo de un cierto nivel de "civilización". Se refería a las culturas "primitivas", pero es perfectamente aplicable a gente pobre, o nómada, o marginal.
Para estos individuos, Stuart Mill propugnaba una forma de despotismo tiránico que garantizase el orden y la tranquilidad para los individuos del primer grupo, los "civilizados", los miembros de la privilegiada clase social a quienes el Estado no debería molestar con sus injerencias.

No se me ocurre una forma mejor de justificar la buena vida para los ricos y la esclavización para los pobres.
Y a muchos teóricos del neo-liberalismo les pasa igual.
El espiritu del artículo de Mauricio-José Schwarz no va por ese camino para nada, cuando habla de libertades individuales.
Lo siento si ha interpretado de esa forma.
Se refiere a que no es posible libertad colectiva si no se da individualmente, pero creo que se refiere más a la concepción de la libertad de Rosa Luxemburgo* que a la de Stuart Mill.

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“La libertad solamente para seguidores del gobierno, solamente para miembros de un partido - por más numeroso que fuere - no es libertad. La libertad siempre es libertad de quienes piensan distinto. No por el fanatismo de la 'justicia', sino porque todo lo vital, lo curativo y depurativo de la libertad política depende de este carácter, y su efecto falla cuando la 'libertad' se convierte en un privilegio” --Rosa Luxemburg

No creo que sea cuestion de "apuntarse" o "no apuntarse". Cuando se lee a un autor, normalmente no se puede estar de acuerdo con todo, y menos si el autor es del siglo XIX, y las teorías filosóficas han avanzado tanto. También tenemos la experiencia de lo "bueno" y "malo" que haya podido pasar después, en nombre de las ideas de la Ilustración.
He citado a Stuart Mill porque fue uno de los primeros en teorizar sobre la libertad individual. La muga de libertad individual en la que no debe interferir el estado es la de el "daño al prójimo" (en euskera Kaltearen printzipioa, lo siento, pero lo he leído en euskera y me faltan términos en  castellano). 
La cuestión es qué entender como daño al prójimo. S.Mill no acaba de definirlo, por lo que "me deja margen" para que "yo lo defina". Y por supuesto, tengo en cuenta las desigualdades sociales de partida.
De todas formas, lo que si deja muy claro es la importancia de la libertad de expresión. Por eso lo he relacionado con el texto que has publicado. Creo que, tanto uno como otro, defienden ante todo la libertad de expresión como método dialéctico para el progreso de las ideas: Pero debe permitírseme observar que no es el sentirse seguro de una doctrina (sea ella cual sea) lo que yo llamo una presunción de infalibilidad. Ésta consiste en tratar de decidir la cuestión para los demás, sin permitirles oír lo que pueda alegarse por la parte contraria. Y yo denuncio y repruebo esta pretensión igualmente cuando se refiere a mis más solemnes convicciones. Por positiva que pueda ser la persuasión de una persona no sólo de la falsedad, sino de las consecuencias perniciosas de una opinión —y no sólo de estas consecuencias perniciosas, sino para adoptar expresiones que terminantemente condeno de su inmoralidad e impiedad—, si a consecuencia de este juicio privado, aunque esté apoyado por el juicio público de su país o de sus contemporáneos, prohíbe que esa opinión sea oída en su defensa, afirma quien tal haga, su propia infalibilidad. Y esta presunción, lejos de ser menos reprensible o peligrosa, por tratarse de una opinión que se llama inmoral e impía, es más fatal en este caso que en cualquier otro. Sobre la libertad Jon Stuart Mill.
A eso me refería.

Ufff, densito, el texto de Stuart Mill.
Pero volviendo al artículo de Schwarz, me parece que lo esencial es la defensa que hace de los valores de la Ilustración, empezando por el uso del pensamiento racional, y contraponiéndolo al pensamiento mágico y a los dogmas y supersticiones religiosas.
Al fin y al cabo, son los dogmas irracionales de las llamadas tres religiones del Libro (Judaísmo, Cristianismo e Islam) los que han creado más guerras, destrucción, opresión (tanto idividual como social), sufrimiento y miseria en los últimos 2000 años.
Y Schwarz habla también de que el pensamiento libre, racional, adulto, basado en evidencias, ha sido el padre de los descubrimientos científicos de los últimos 400 años, pero que todo esto se puede ir al garete si hay gente que en vez de pensar con la cabeza lo hace con los órganos genitales o con "el corazón" y se deja llevar por la irracionalidad, los gurus, la fé, las revelaciones divinas y el convencimiento de que lo que hace se lo dictan voces ocultas, energías misteriosas o el mismísimo Creador.

Por cierto, ¿nadie habla del ataque a la universidad de Garissa, en Kenia?
Algunas claves:
http://www.eltiempo.com/mundo/africa/masacre-de-estudiantes-en-universidad-en-kenia/15523116

iurde escribió:

Ufff, densito, el texto de Stuart Mill.

Pues no te pongas con Kant   eso si que es denso...

Con todo lo dicho en el texto de Schwartz, totalmente de acuerdo.

Una atrocidad lo de Kenia. A ver si a los saharauis de los campamentos en territorio argelino no les toca padecer los ataques de estos fanáticos. A esos si que nadie les va a sacar la cara..
Esta claro que la vida de un africano no vale nada para los medios de comunicación comparada con la de los blancos del norte. Hay titulares que venden y otros que no. Así nos tienen en los telediarios con el tiempo que hace en el pueblo de la punta del monte de vete tu a saber donde. Para eso si hay tiempo..

El articulo....no hay mas que añadir,creo que me lo puedo tatuar en una pierna...tengo sitio.

Las muerte de Kenia no venden,no es importante para los medios y mucho me temo que a mucha gente se la trae al pairo.....puto mundo de mierda.

Lizarraga escribió:

Pues no te pongas con Kant   eso si que es denso...

No, si la lista de autores densos es extensa.
Hasta en casa lo he tenido: mi difunto suegro, Roger Munier, era denso a más no poder.
Fue discípulo de Heidegger, así que de tal palo, tal astilla.
Confieso que de sus muchos títulos, sólo he podido con sus libros de haikus.
Su obra filosófica, me resulta imposible.
Y no soy precisamente un lector novel: pasé tres años en la Facultad de Filosofía. Luego me fui a Ciencias Sociales.

Por cierto, Lizarraga, ¿Quién publica Askatasunaz, en euskera, de Stuart Mill?

No había oído hablar de Munier. Ya preguntare en la facultad.
Ya se sabe, entre alemanes y franceses.. si se ponen densos no hay quien los coja.. para eso son mas claros los ingleses. Para mi gusto.

Pues no te sabría decir ahora mismo. La semana que viene que vuelvo para Donosti, ya voy a mirar. Me parece que es "Klasikoak", que se dedican a traducir todos los clásicos al euskera.

Por cierto, os dejo otro texto que se le puede sacar algo de relación a este, solo que con el tema de la censura a la ficción o al humor. A ver que os parece: 
http://www.revistamongolia.com/noticias/el-humor-es-el-primer-muerto-por-dario-adanti

Por cierto, que conste que se escribió antes de los atentados de Charlie hebdo.

Hablais con un nivel que me resulta díficil seguiros sin dejar algo en el camino pero creo que lo he entendido todo, o casi.
La filosofía es uno de mis muchos sueños no cumplidos aunque yo me quedo con los clásicos griegos cuyas cuyas teorías a mi entender están en plena vigencia.
¿Que sentimiento subyace en la mente de los hombres y mujeres mas simples que les impulsa a abrazar los ideales más conservadores?
¿Por que nos alejamos de nuestra cultura y tradiciones cambiandolas por otras más insulsas y tontas extrangeras haciendolas nuestras en pocos años?
¿Por que despreciamos nuestra cultura rural dándola por obtusa y anticuada y luego clamamos a los cuatro vientos que el turismo rural de fin de semana es la repera?
¿La ley del mínimo esfuerzo?
No lo tengo claro, a ver si vosotros podreis arrojar alguna luz, mejor una opinión que un ladrillo.

Lo de Kenia no tiene nombre, otra barbaridad más en un continente donde el White man entró a saco para expoliarlo con la excusa de llevar progreso. 
Y ya que hablamos de cafres, lo del avión de los Alpes me parece una cortina de humo con lo que tapar algo más gordo, o eso o me he pasado con las series americanas de conspiraciones.
Un saludo majos.

LOBACO escribió:

¿Que sentimiento subyace en la mente de los hombres y mujeres mas simples que les impulsa a abrazar los ideales más conservadores?

El capitulo Identidades predatorias del libro El rechazo de las minorias de Arjun Appadurai podría aclarar algo la pregunta. También, está relacionado con el tema de Kenia. Pero bueno, que yo también me pongo a relacionar cosas y quizá no sean las mas adecuadas. De momento, y para toda la vida, no he leído todo lo que quisiera y tengo que relacionar con lo poco que he leído.
En este capitulo viene a explicar como fenómenos como el nazismo en Alemania no son tan difíciles de florecer como parecen. El sentimiento de grupo, bajo dogmas sencillos que cualquiera pueda entender y asimilar, y la consiguiente represión a las minorías esta latente en este mundo globalizado.
Así están los estadios de fútbol, repletos. Sentimiento de grupo.
Y luego, claro, los frikis somos nosotros, que nos interesamos por lo "paleo", todo un atraso.
Es mejor y mas útil saberse todos los nombres y vidas de los jugadores de la liga. Bueno, que me caliento y me voy por las ramas 
Lo siento por el off topic

No lo sientas que aquí meamos fuera del tiesto más que dentro y sin encomendarnos al altisimo "ni na´".
Comentamos los post abiertamente y casi siempre nos desviamos del tema principal sin que nadie se rasge las vestiduras.
Cuando pueda le echo un ojo y por mí pueden poner partidos cada media hora que no pienso hacerles ni caso, me quedo con mis arcos, mis perros, mis noches sin luna y mis jabalíes.
Gracias.

Iurde, como te decía, el libro Askatasunaz de Stuart Mill lo ha traducido "Klasikoak", así como Emakumeen menpekotasuna (El sometimiento de la mujer) y algún capítulo sobre el Socialismo de Stuart Mill también.

Ya lo se LOBACO, pero me da que hemos acaparado un poco el tema desviándonos  , mea culpa..

Volviendo al texto de Schwartz, me viene a la cabeza un tema que siempre acaba saliendo en los debates de clase. En el texto se habla de la gente irracional y dogmática que niega todo progreso de la ciencia basada en evidencias (aun usándola en sus vidas diarias), y del retraso que traería que esa visión se impusiera.
El caso es que en mi facultad, hay un pensamiento, diría yo generalizado, que pone en duda también todo progreso de la Ilustración. Se habla de la ciencia como una opinión que solo les sirve a los blanquitos de occidente y que en otras culturas "lo mismo tienen una ciencia igualmente valida". (Que quede claro que esto solo es una caricatura de las ideas generales que salen.)

Desde luego, que mis compañeros no tienen intención de meterme sus ideas "a base de golpes". Nadie se va a imponer de manera violenta, contrariamente a la gente fanática de la que se habla en el texto. 
No nos solemos enfadar por estar desacuerdo en algo. Simplemente se argumenta y se llega a un acuerdo, o no.
De todas formas, cuando se defiende la validez del método empírico y científico, suelen salir en respuesta palabras como etnocentrista, eurocentrista etc.
Parece que la ciencia es algo anticuado y burgués, y que defender su validez no es mas que fruto de ideas eurocentricas. No se, a veces sientes que estas defendiendo todo un sistema oscuro y manipulador que te han metido en la cabeza.

Bueno, a ver que opinais.

pone en duda también todo progreso de la Ilustración. Se habla de la ciencia como una opinión que solo les sirve a los blanquitos de occidente y que en otras culturas "lo mismo tienen una ciencia igualmente valida".


Esto es un buen resumen del pensamiento postmoderno.
Autores como Edward Said han sostenido que la racionalidad es un constructo cultural y que los valores básicos de la Ilustración (pensamiento racional, Derechos Humanos, sufragio universal, igualdad de derechos entre hombres y mujeres, método científico) serían solo válidos para los occidentales.
Pero entonces la ablación del clítoris, la Sharia, la esclavitud, las teocracias, la magia negra y el Feng-Shui serían aceptables para poblaciones no-occidentales.
A mí, sinceramente, me parece una barbaridad.
Otros autores occidentales como el infumable Derrida, el demente Lacan, el inefable Foucault o el impresentable Ernesto Laclau (pensador de cabecera de Podemos) han echado leña al fuego con sus delirantes ideas acerca de la deconstrucción del pensamiento racional, y dan pábulo a charlatanes y malintencionados que colocan en plano de igualdad los conocimientos sobre el cerebro humano que puedan tener un neurocirujano sueco y un chamán siberiano.
Yo, sinceramente, si tengo un tumor cerebral, prefiero la intervención del neurocirujano que los sahumerios del chamán.
Alan Sokal, el físico y militante izquierdista norteamericano, siguiendo esta línea, retaba a quienes niegan la validez del método científico occidental a probar la falsedad de la teoría newtoniana de la gravitación universal (la ley de la gravedad, para resumir) saltando desde la ventana de su apartamento neoyorkino.
Vive en Manhattan, en un piso 20.

Es muy recomendable la lectura de "Imposturas Intelectuales", del mismo Alan Sokal y Jean Bricmont, sobre la cantidad de tonterías pseudocientíficas que sueltan los postmodernos como si fueran sesudas afirmaciones coherentes.
Y es que la neo-superstición critica la Ciencia, pero a menuda trata de emularla, o de argumentar con falacias que parecen Ciencia.
Un ejemplo de esto es la desviación misticoide sobre la pseudo-explicación de la Mecánica Cuántica que te sueltan algunos neo-brujos en cuanto les vas arrinconando con argumentos racionales.
Si la lectura de Sokal y Bricmont se hace algo ardua (aunque en ocasiones es hilarante), otra buena obra, mucho más ligerita es "El postmodernismo, ¡Vaya timo!", de Gabriel Andrade (Ed. Laetoli).
Por cierto, la Teoría de Género es (esto sí) un constructo cultural de campeonato, y no tiene base biológica ninguna.
De hecho, la biología contradice absolutamente esta tendencia en Ciencias Sociales.
Helen Fisher es una psicóloga y antropóloga (odiada a muerte por las feministas de la diferencia) que desmontó totalmente esta patraña del Género, de igual forma que Judith Butler desmontó el método falaz de los estudios de Margaret Mead sobre la sexualidad en Samoa.
Aunque Butler luego la ha cagado bastante con lo de la Teoría Queer.
En fin, que sí, que la postmodernidad campa a sus anchas por institutos y facultades, pero a poco que se rasca, se queda en nada.
A pesar de la verborrea de sus defensores.