Acá me mandaron una foto de las que están creciendo. Se ven prometedoras.
Transcribo las líneas que dedica a esta planta Lorenzo R. Parodi en "La agricultura aborigen argentina" (1996):
Mate (
Lagenaria siceraria)
El mate es el fruto seco de una enredadera emparentada con los zapallos, de origen dudoso. Se sabe bien que los frutos han sido usados, en el Viejo y en el Nuevo Mundo, antes del viaje de Colón, pero se tienen dudas sobre el continente que vio nacer la primera planta. Desde qué punto del planeta y por qué medios emigró a los Contienentes habitados por el hombre, en épocas remotísimas, es un enigma que espera solución.
En Europa fue conocido desde los primeros siglos de nuestra era; los romanos lo llamaban
lagena, nombre latino que significa botella; Columela, agrónomo romano del Siglo I, lo menciona en su décimo libro de Agricultura, dedicado al cultivo de la huerta. También está descripto y dibujado, bajo el nombre latino de
Cucurbita, en los herbarios publicados en el siglo XV. Nuestra figura 37 (referencia a la ilustración que aparece en el libro) es una reproducción tomada del
Hortus sanitatis, editado por Peter Schoeffer en 1485 (Cap. 91).
En España lo llamaban calabaza, nombre que después aplicaron a los zapallos introducidos de América.
Como queda dicho, su presencia en América es Prehispánica, pues sus frutos y semillas han sido hallados en muchos sepulcreos precolombinos.
En el Perú y en la Puna de Argentina se han descubierto piezas interesantes, talladas para diversos usos domésticos; platos, bandejas, cucharones, vasijas para contener agua, etcétera (fig. 38).
En el Noroeste de la Argentina y en el Paraguay los frutos fueron empleados por los guaraníes como vasijas para llevar líquidos; es undudable que han sido los guaraníes, en épocas prehistóricas, los que idearon su uso para contener la infusión de yerba, tal vez con fines medicinales.
El nombre
mate es quichua, y también lo es
puru, con que a veces suelen designarlo; en guaraní se llama
caiguá.
La planta produce frutos de forma y tamaños muy diversos, a veces enormes; en la Argentina aplicamos el nombre mate a las formas pequeñas, empleados para cebar la popular infusión de yerba que se sorbe por medio de una bombilla generalmente de plata.
Originariamente, la bombilla usada por los guaraníes fue hecha de una caña de bambusea llamada
tacuapí, perteneciente al género
Merostachys que es común en Misiones y el Paraguay; sus ramas huecas forman canutillos ideales para sorber líquidos.
En cuanto al cultivo del mate por los indios tenemos información; sin embargo, puesto que sus frutos tenían múltiples aplicaciones, es probable que los hayan cultivado para tenerlos siempre disponibles. Por otra parte, la planta es desconocida en estado natural, y la única manera de lograr frutos es por medio del cultivo o teniendo las plantas en algún lugar donde puedan propagarse naturalmente.
Su cultivo actual con fienes utilitarios es común en las provincias de Misiones, Corrientes, Chaco y Santiago del Estero, en áreas pequeñas o hasta de diez hectáreas; de allí provienen los frutos que, bien lustrados, se venden en los almacenes y bazares.