Hace algunas semanas estuve cursando las prácticas hospitalarias en rumiantes en un campo de la facultad ubicado en la localidad de San Pedro (nordeste bonaerense). A uno 3 km de donde nos alojábamos corría un arroyo no muy caudaloso y repleto de peces. Como cada tanto teníamos ratos libres y no había llevado anzuelos, decidí fabricarme un arpón para salir del paso y ver si zampaba algo.
Me fui a un cerco vivo hecho de ligustros o siempreverde (
Ligustrum lucidum) y corté una rama más o menos recta, la descortecé, la abrí en 4 (dos cortes transversales entre sí siguendo el eje longitudinal del palo) y le saqué punta. Le coloqué una cuña hecha de una ramita y como no tenía material de cordaje natural, me puse a "hilar" unos retazos de bolsita de polietileno hasta obtener una cuerdita respetable y -sobre todo- que cumpliera la función requerida. Después lo endurecí al fuego.
En las fotos están los resultados, una salió bastante fuera de foco, pero creo que la idea se entiende. El de la cara de orate que la sostiene soy yo (de por sí mi cara no es ninguna maravilla, pero una foto mientras hablás puede empeorarlo todavía más). Lo triste fue que al final no tuve tiempo de volver al río a probarla, así que me entretuve lanzándola contra los restos de una naranja, y les aseguro que tener buena puntería no es tan fácil (todas pegan al lado).