El destornillador es, seguramente, más antiguo.
Yo tengo uno muy parecido en el taller, que era de mi abuelo paterno. Y mi abuelo falleció en 1942, con 74 años, así que lo debió comprar antes.
Si puedes pavonarlo, ese destornillador pasará a tus nietos.
Lo podías haber "pavonado" con aceite de linaza quemado, pero ahora que ya tiene cachas nuevas... mejor un pavonado en frío, como el que se usa para retoques en las escopetas de caza.
O si no, mantenlo engrasado para que no se oxide.
Buen trabajo, en todo caso.
Sobre los mejunjes de acabado...
Pues sí, has inventado un tipo de barniz.
La resina, es lo que tiene.
Pero recuerda que los barnices sellan los poros de la madera, creando una película en superficie.
Eso es conveniente en algunos casos, y en otros no.
Si reduces la proporción de cera, la película se endurecerá una vez fría y evaporado el disolvente (aguarrás, alcohol... lo que hayas usado).
Si aumentas la proporción de cera, el acabado será más elástico, pero como dices, se quitará fácilmente a poco que se frote o rasque.
Si aumentas la proporción de elemento disolvente, tendrás un producto que seguirá siendo líquido en frío.
También tienes barnices con base grasa (aceites autosecantes, como el de tung), pero disuelven peor las resinas.
El barniz tradicional y orgánico más conocido es la goma-laca, que no es sino resina (animal, en este caso: es una secrección de ciertos escarabajos) disuelta en alcohol.
Bienvenido al mundo de los acabados caseros, jeje...
Si te interesa el tema, tengo algunos recetarios de principios del siglo XX...
Pero tendrás que pasar a buscarlos, porque tienen más de 500 páginas cada uno.
De todas formas, me debes visita post-pandemia.